Esta mujer se transforma en bruja delante de unos jóvenes en una casa abandonada

Esta mujer se transforma en bruja delante de unos jóvenes en una casa abandonada

En el siglo XVI no era tan fácil convencer a una muchedumbre de que no eras una bruja. Hoy sigue siendo difícil en algunos países.

Pesar poco más que un ligero pájaro. Solo eso. Esa era la condición necesaria para salvarse de morir entre las llamas de una hoguera.

Por sencillo que pueda parecer superar tal umbral, en siglo XVI no era tan fácil convencer a una muchedumbre de que poseías esa condición si alguien te apuntaba con un dedo tembloroso y gritaba: ¡bruja!, ¡bruja!, ¡bruja!